Las mujeres rurales labran la tierra, para garantizan la seguridad alimentaria de sus poblaciones, sus comunidades y sus cultivos se ven seriamente afectados ante el cambio climático. Las mujeres campesinas sufren de manera desproporcionada los múltiples aspectos de la pobreza, pese a ser productivas no disponen del mismo acceso a la tierra, créditos, materiales agrícolas, mercados o cadenas de productos cultivados de alto valor. Así como un acceso equitativo a servicios públicos, como la educación y la asistencia sanitaria, ni a infraestructuras, como el agua y saneamiento.
Nuestros esfuerzos van encaminados a superar todas estas dificultades en la zona de Chalatenango.