ASOCIACIÓN PRO-VIDA

Asociación Salvadoreña de Ayuda Humanitaria

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RECHAZO A LA EXCLUSIÓN QUE SUFREN LAS Y LOS CAMPESINOS ORGANIZADOS DE LA CUMBRE DE LA ONU SOBRE SISTEMAS ALIMENTARIOS Y DEL PROGRAMA RECLIMA EN EL SALVADOR

La de Mesa Justicia Climática conformada por organizaciones campesinas, comunitarias, de mujeres rurales, agrícolas, jóvenes, cooperativistas, ambientalistas y población indígena nos dirigimos a la población salvadoreña y a los medios de prensa, para expresar frente a la oficina de la FAO en El Salvador lo siguiente:

A nivel internacional queremos denunciar la exclusión que sufrimos los campesinos organizados del mundo, de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Sistemas Alimentarios 2021 (UNFSS21 por sus siglas en inglés) que este día, 23 de septiembre de 2021, se lleva a cabo en Nueva York.

Estamos de acuerdo que es de suma importancia una conversación mundial sobre nuestros sistemas alimentarios, ya que la pandemia de COVID 19 no ha hecho más que exponer el fracaso del sistema alimentario corporativo para hacer frente al hambre, la desigualdad y la crisis ecológica, pero desde que se anunció la Cumbre en diciembre de 2019, ya se planteaban serias dudas sobre el proceso opaco, excluyente e ilegítimo que se estaba desarrollando y organizando en torno a esa Cumbre.

Nuestras organizaciones, varias de ellas integrantes del movimiento internacional La Vía Campesina, han tenido un papel fundamental en la reforma de los procesos de políticas alimentarias de las Naciones Unidas; logramos que los organismos de la ONU reconocieran la importancia de incluir las voces de los movimientos sociales rurales y de la sociedad civil en la elaboración de las políticas alimentarias. Muchos de los avances que se han logrado dentro de la ONU en materia de alimentación, nacieron de los principios de la Soberanía Alimentaria (un modelo integral para transformar los sistemas alimentarios y restablecer la salud de nuestros pueblos y de la naturaleza) que venimos apoyando desde la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996.

Estos procesos institucionales han permitido varios avances importantes, como las Directrices sobre la tenencia de la tierra, las Directrices para garantizar la pesca sostenible a pequeña escala, el proceso en curso sobre las Directrices sobre agroecología y otras innovaciones y, en términos más amplios, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos del campesinado y de otras personas que trabajan en zonas rurales.

Pese a todos esos aportes, en lugar de realizar una convocatoria en conjunto con las organizaciones campesinas del mundo, el Secretario General de la ONU tomó la decisión de atender la solicitud del Foro Económico Mundial (FEM), una organización del sector privado que representa los intereses de las empresas multinacionales, con el apoyo clave de algunos países poderosos, y con el patrocinio de importantes organizaciones filantrópicas capitalistas, excluyendo la voz de los sectores campesinos.

La toma de decisiones en la Cumbre sigue estando en manos de un puñado de grandes empresas internacionales, de “expertos” conocidos por ser defensores de la agricultura industrial y de algunos países que albergan a muchas de estas grandes empresas internacionales. La Secretaría de la Cumbre se ha negado a acercarse a los movimientos o a las plataformas sociales organizadas existentes, como La Vía Campesina o el Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria. No se han molestado en incluir a personas productoras de alimentos a pequeña escala, a la sociedad civil ni a las organizaciones de pueblos indígenas de una manera que respete y permita su autonomía, autoorganización y autodeterminación.

Bajo ese esquema, la Cumbre permite que las élites del poder mundial y, en especial el sector privado, diseñen el futuro de nuestro sistema alimentario y que utilicen sus armas corporativas transnacionales para seguir acumulando capital y destruyendo el planeta.

Por lo tanto, no podemos considerar que la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Sistemas Alimentarios 2021 sea un espacio gubernamental multilateral legítimo que permita la participación autónoma de la Sociedad Civil. Vemos con preocupación como las empresas se van apropiando cada vez más de algunos órganos importantes de las Naciones Unidas.

A nivel nacional queremos denunciar

  1. Que el proyecto Reclima no ha sido implementado de acuerdo a los tiempos estipulados, este ha tenido un retraso de aproximadamente 1 año.
  2. El proyecto Reclima no ha beneficiado a la población que estable el proyecto, ósea a la población campesina, cooperativistas, mujeres rurales del corredor seco del país.
  3. El proyecto Reclima ha realizado inversiones del préstamo del fondo verde en su mayoría para contratar personal y para hacer consultorías, lo que esta alejado de beneficiar directamente a la población afectada del país.
  4.  A pesar de haber solicitado un espacio de dialogo y consulta a la FAO, nunca se estableció un mecanismo de dialogo tal como fue solicitado para tener una interlocución y ser tomados en cuenta en las decisiones de la implementación del proyecto RELIMA, con el movimiento campesino, cooperativista, movimiento ambientalista, población indígena y mujeres campesinas.
  5. Al estado Salvadoreño demandamos la aprobación de la Ley de Soberanía alimentaria y políticas públicas de desarrollo para el sector de la agricultura bajo un modelo que promueva alimentos sanos como lo es la agroecología.
  6. Así mismo exigimos a las y Diputados de la Asamblea Legislativa, la aprobación de la Ley General del Agua acorde a las necesidades y demandas de la población salvadoreña, tal como lo ha planteado el Foro Nacional del agua.

Por todo lo anterior, demandamos:

  1. Demandamos al Sistema de Naciones Unidas no excluir al movimiento campesino, cooperativista, mujeres rurales, medioambientalista y población Indígena que producen a pequeña escala, aglutinados en La Vía Campesina a nivel internacional, para tomar decisiones junto a los estados parte y empresas multinacionales.
  2. La vía Campesina nos sentimos agraviados por la exclusión que han hecho, por lo tanto, no avalamos ni reconocemos la resolución o decisiones tomada en dicha cumbre.
  3. Exigimos de manera urgente a la FAO establezca una mesa de Dialogo. Y consulta para la implementación del proyecto Reclima En El Salvador para que rindan cuentas y sea tomada en cuenta Las organizaciones aglutinadas en la mesa de Justicia Climatica y La Via Campesina.
  4. Demandamos al Ministerio de Agricultura implementar políticas alimentarias bajo principios de la Soberanía Alimentaria (un modelo integral para transformar los sistemas alimentarios y restablecer la salud de nuestros pueblos y de la naturaleza) que venimos apoyando desde la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996.

Por lo anterior expuesto no podemos considerar que la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Sistemas Alimentarios 2021, sea un espacio gubernamental multilateral legítimo que permita la participación autónoma de la Sociedad Civil. Vemos con preocupación como las empresas privadas corporativas e internacionales se van apropiando cada vez más de algunos órganos importantes de las Naciones Unidas.

San Salvador, 23 septiembre de 2021

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